Las 5 reglas de oro para el maridaje perfecto

Se dicen muchas cosas sobre la mejor manera de acompañar la comida con los mejores vinos, entre ellas: 

  • El vino debe ser más dulce que la comida
  • El vino debe tener la misma intensidad de sabor que la comida
  • Los vinos tintos combinan mejor con carnes de sabor fuerte (carnes rojas)
  • Los vinos blancos van mejor con carnes de baja intensidad (pescado o pollo), entre muchas otras reglas.

Pero, ¿y si fuéramos un poco más precisos? He aquí algunas de las reglas menos conocidas de l maridaje, que te harán brillar cuando organices una cena y con las que sorprenderás a todos los invitados. 


Vinos bajos en alcohol con comida picante

Al hablar de comida picante, como platos marroquíes o indios, uno de los mejores vinos es el Syrah. También hay que mencionar vinos como el Malbec o el Côtes-du-Rhône. Gracias a su intensidad, sabor ahumado y baja graduación alcohólica, resultan deliciosos con alimentos cubiertos de salsas picantes, como pollo en salsa BBQ o hamburguesas con comino y harissa. 
Vinos como el Riesling y especialmente el Riesling demi-sec alemán también combinan perfecto con pollo al curry  o gambas con judías verdes y coco tostado. Esto se debe a que, como el alcohol acentúa los aceites que hacen picantes a los platos especiados, un toque bajo en alcohol ayuda a suavizar ese picor.



Platillos salados con Champagne

La mayoría de los vinos espumosos secos, como el champagne brut o el cava español, tienen un ligero toque dulce. Esto los hace especialmente refrescantes cuando se sirven con alimentos salados, como los fideos udon crujientes con nori. Esta es una excelente regla, ya que aplica a casi todos los tipos de chamgane del mercado y a todos los alimentos salados. La nota de dulzor que se esconde detrás de la mayoría de los champagnes le dará un equilibrio irresistible a cualquier platillo salado. ¿Te has preguntado alguna vez por qué los aperitivos o eventos en los que se sirve champagne están compuestos en su mayoría por pequeños aperitivos salados: cacahuetes tostados, patatas fritas, galletas tostadas o incluso blinis de salmón o huevas de pescado? Pues es porque es el alimento más salado y, juntos, hacen la pareja perfecta.



"Comfort food" con vino rosado

Cualquier plato que tenga uno o muchos quesos  es perfecto con un buen rosado seco. Es el equilibrio perfecto entre el sabor afrutado del vino tinto y la acidez tan necesaria del vino blanco. La combinación saca lo mejor de los deliciosos platos en los que el queso desempeña el papel principal. De hecho, algunos quesos combinan mejor con el vino blanco, otros con el tinto, ¡pero casi todos van bien con el rosado seco! Los platillos con una salsa de 4 quesos son el maridaje perfecto para el rosado. Por ejemplo, un buen pisto, berenjenas a la parmesana o lasaña, ¡nada más delicioso que unos gougères con Roquefort y el mejor rosado de la cava!



Vino más ligero para los postres 

A la hora de maridar postres y vinos, los vinos dulces son obviamente los mejores con los postres, ya sea un pastel de chocolate, una tarta de frutas o incluso un buen tiramisú. Sin embargo, es interesante tomar un vino que vaya en la misma dirección que el plato. Por ejemplo, una tarta de limón, que es un poco "ácida", irá mejor con un Loupiac que es menos dulce que un Sauternes. Es importante evitar demasiados contrastes y asegurarse de que los vinos y los postres combinan bien. Además, tenga en cuenta que los vinos secos o champagnes no son muy adecuados para acompañar postres, ya que se sentirán muy amargos. Con frutas como la manzana o la pera, elija un vino algo más ligero y menos dulce que el postre, como un espumoso Moscato d'Asti, un champagne semiseco o un Asti Spumante, que resaltará la fruta del postre, en lugar del azúcar.

 

Un vino terroso con comida terrosa

Los vinos y los alimentos se hacen eco mutuamente y eso es lo que crea la magia de las combinaciones de sabores. La terrosidad suele estar presente en vinos tintos como el Pinot Noir (especialmente de Borgoña) y el Nebbiolo, lo que los convierte en grandes compañeros de ingredientes terrosos como el filete de Bisonte, las setas silvestres y las trufas. En resumen, cualquier alimento que combine con los placeres rústicos del otoño es perfecto.


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